8 ago 2008

¡Tibet libre!

(Me gusta muy poco -o nada- hablar de política de salón (un juego de intereses turbios en el que tengo la sensación de que hay algo que no me están contando o me la están pegando con bacon,... pero joder, es que hoy no puedo remediarlo)
Empiezan los Olimpiadas. Ay, caray! Ahora (mañana ya no) nos convertimos todos en adalides de los derechos humanos y las libertades, hasta el mismísimo Bush -colega del Dalai Lama y objetivo fácil de nuestra iracundia- capaz de mantener Guántanamo (entre otras barbaridades) y criticar la tiranía china sin que se le escape un sonrisita tipo "pero mira que soy cabrón". Es momento (ahora, mañana ya no) de exigir la independencia del Tibet.
Esto huele a chamusquina. Pero, por favor, no quiero sentirme aislado de la masa pública (¿qué derecho tengo a sentirme un despreciable monstruo insensible a los daños sufridos por la población tibetana? ¿Merece la pena?). Así pues: ¡Tibet libre! ¡Abajo el gobierno chino! ¡Libertad a los presos políticos! (no lo puedo remediar, me sale forzado y con retintín sarcástico ¿se nota demasiado?)
Seguro que me toparé estos días con alguna recogida de firmas por la independencia del País Vasc... perdón, del Tibet, un sitio que me queda lo suficientemente lejos para opinar sin matices ni remordimientos. Estoy hecho un lío. ¿Qué hago? ¿Firmo o no firmo?

1 comentario:

Alejandro Hosne dijo...

Ja, Ja, bueno, yo creo que no nos quedaría bien, o no muy creíble, andar firmando por el Tibet. El Dalai Lama, para la gente que no es espiritual, reprenta un hito del espíritu. Pude comprobarlo una vez que apareció en un recital trasmitido por MTV, y agradecía con una humildad digna de un alma trascendente y sobre todo conciente del alcance mediático de un monitor. Creo que era Alanis Morissette (o como se escriba) la que se emocionaba por tenerlo a su lado. ¿O era Richard Gere?

Justo ahora que Sarkozy censuró la Red Voltaire, excelente sitio de información alternativa (única información válida, diría yo), y justo ahora que nadie dijo un carajo al respecto... digo, nadie del glorioso mundo libre, no queda más que dejar pasar las Olimpíadas y rogar que al Tibet lo ayuden los tiranos de linda sonrisa, que suelen ser más bien occidentales (los tiranos orientales no buscan aprobación, será que no atienden tanto a la hipocresía mediática).

Eso sí: yo voy a firmar porque quizás en la misma lista figuren los datos personales de Alanis. Me copio su número y la llamo para tratar de que me abra su espíritu una de estas noches.

Un gran abrazo a todos por allá ¡y gracias por comentar mi blog y novela!

Ale Hosne