16 may 2008

Te veré esta noche

Cuando me veas esta noche, seguramente, no tengas nada que contarme. Aún así, insistirás que iniciemos una conversación, entre absurda y desquiciante. Nunca me gustaron palabras huecas, ni incómodos silencios, ni sorbitos breves por hacer algo mientras pasa el tiempo... tu ceja arqueada, tu cara de asco... ¿te puedo enviar un texto? Me alejaré de ti (con la excusa del mear) y caeré en otro círculo, donde hablarán de una exposición o de la tipografía de un titular o quizás de las vacaciones del puente de mayo, de lo bonito que es Madeira o Ceilán... escucharé un momento, o fingiré ese gesto, abstraído en morbosos pensamientos que incluirán un par de pezones que miran circunspectros o una hamburguesa doble especial con queso. La música de fondo, una caladita a un churro,... los tragos irán transformando paulatinamente lo erudito en batracio, las formas en palimpsestos. Entonces, seré yo quien lo intente de nuevo y derramarré mi copa por la ranurita de tu blusita blanca de mercadito medioevo,... disculpa Marilyn en realidad monté todo este tinglao para poder verte esta noche los pechos. Soy así de cerdo.

2 comentarios:

el lleti dijo...

Jejjejue!
Querido amigo, montar tinglados para ver pechos no es de cerdos, en todo caso es de ser un salidillo esforzado.
De cerdos es mirar porno por internet como hago yo.

Walter Buscarini dijo...

Hola Lleti, sí tienes razón... el texto requiere de una interpretación irónica sobre las complejas relaciones socio-humanas que implican actos de este tipo. Esa combinación de seres pensantes y animales fisiológicos nos mantiene en perpetua contradicción con nosotros mismos.
Si te soy sincero, al final Marilyn (que más que una mujer, es un concepto) no vino al tinglao... por cierto, estamos buscando un buen crítico de pelis porno, no sé si te dedicas a ello.