7 may 2008

El dinero, ¿cosa de pobres?

Como una coletilla, los corresponsales extranjeros repiten que la inflación en Zimbaue es del 160.000%. ¿Qué significa esto realmente? Escuchemos al periodista Rafael Ramos: “La Reserva Federal de Zimbabue acaba de emitir nuevos billetes de uno, cinco y diez millones de dólares locales. Los precios cambian cada hora. Para comprar cualquier cosa - en el caso improbable de que se venda- hace falta ir con una bolsa cargada de fajos de billetes. Los hospitales exigen dinero por anticipado - mediante transferencias que tardan hasta tres y cuatro días- para realizar una intervención. Los cortes de luz interrumpen las operaciones a medias. Hace tres años que no hay gasolina en la estación de servicio de Victoria Falls. La librería está clausurada. Los precios cambian cada hora. Las colas para subir al autobús son tan grandes que los conductores multiplican las tarifas por cinco, sólo admiten a quienes pagan y se embolsan la diferencia. Con el presupuesto de hace siete años para las obras inacabadas del aeropuerto hoy sólo se pueden comprar dieciséis barras de pan.
En Zimbabue todo el mundo es millonario. Un periódico cuesta dos millones de dólares, un filete de buey cien millones. Se considera normal que un turista deje una propina de diez millones (que no llega a cuatro euros y apenas sirve para comprar un manojo de plátanos). "El problema es que un sueldo medio no pasa de los veinte millones", cuenta Dakarai a la puerta de su modesta vivienda de ladrillo en una barriada de Victoria Falls alejada de los turistas.”
Leo hoy que en Somalia la moneda local también ha dejado de tener valor real en el mercado. Unos somalíes muestran a las cámaras enormes fajos de billetes con los que no pueden comprar nada. Mientras tanto, entidades bancarias y multinacionales negocian con dinero especulativo que no existe físicamente. Y no me imagino a ningún miembro de la Casa Real pagando sus onerosos gastos con la calderilla de sus bolsillos. ¿Será el dinero cosa de pobres?

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