Como muchos ya sabéis, sobre el tema vasco ya dije todo lo que tenía que decir en el populachero libelo EL PAÍS VASCO NO EXISTE (que todavía vendo por quilos)... un texto que me ha dado tantas penas como alegrías, que escribí en un momento determinado, del cual a veces me arrepiento, pero luego respiro porque lo bueno de hacer ciertas cosas es que no tienes que volver a hacerlas.
En fin, aún así no dejo de seguir el machacón y repetitivo ritmo de los acontecimientos y sigo viendo un callejón sin salida: denunciar que desde el entorno nacionalista vasco se quiere re-fundar un partido político con abertzales sin antecentes penales es cuestionar la presución de inocencia (¿acaso no tienen derecho a montarlo o se les anticipa un delito (que seguramente acabarán realizando al sentirse víctimas de una ley que los presupone culpables)?) . En su desmedido afán por desactivar el conflicto vasco, desde las alcantarillas del Estado español se promueve la desarticulación de las palabras e incluso de las ideas discordantes. Por ahí van los tiros.... mientras, en el lado contrario, la actitud obstinada de una banda de ceporretes obstaculiza la consecución de los objetivos que supuestamente dicen defender. Ninguna patria mecere tanta importancia.
Lo dicho: no hay salida... ¿y por qué? Porque cuando un extremista de un lado se encara a un extremista del otro, ambos se están mirando en el espejo. ¿Y éstos son los que tienen que sentarse a negociar? Jajajajaja
4 oct 2008
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